La clase comenzaba con una pequeña encuesta sobre tu
visión general sobre uno mismo, incluyendo fortalezas y debilidades. Luego la
profesora nos dio la posibilidad de sacarnos los zapatos, para tener un
contacto directo con el suelo y conectarse de verdad con uno mismo, y así
comenzaba la clase. La profesora nos dijo que esto debíamos hacerlo en silencio
para concentrarnos, ya que realizaríamos una caminata de concentración, en
donde caminábamos por la sala en diferentes direcciones y a diferentes velocidades,
la cual nos costó bastante, porque no nos concentrábamos y no tomábamos el peso
de la actividad, luego ella nos dió la indicación de saludarnos solo con la
mirada, fue una experiencia complicada, ya que los ojos expresan mucho, pero
cuando uno no se encuentra en confianza, les pone una barrera, entonces cada
uno debía sacarle esa barrera y saludar al otro desde su misma interioridad, y
así, realizamos varios tipos de saludos, dándose la mano, dándose un abrazo,
etc. Luego puso diferentes ritmos de música, y dependiendo de lo que sentíamos,
debíamos caminar a un cierto ritmo y de una cierta manera. Mas adelante, nos
juntamos en parejas, nos pusimos espalda con espalda y respecto de lo que decía
la profesora, debíamos expresar lo que sentíamos en la espalda del otro, como
enojo, tranquilidad, amistad, alegría, etc. Luego tuvimos que seguir los
diferentes movimientos que realizaba la profesora adelante, pudiendo reconocer
los movimientos por separado de las distintas partes de nuestro cuerpo, como
movimientos de los brazos, de la cadera, del cuello y luego hicimos secuencias
de movimientos para trabajar la coordinación y la memoria. Luego nos reunimos
en grupos, tratando de que fuera con personas que nos relacionábamos menos, y
nos debíamos poner en círculo, cerrar los ojos y tomarnos de las manos. Al
tomarnos de las manos, comenzábamos a tocarlas y sentirlas, tratando de llegar
a lo más profundo de la otra persona. Fue una sensación extraña, pero
agradable, ya que las personas se dejaban ver tal cual son, sin barreras ni
caretas. Cuando ya pudimos abrir los ojos, comentamos las diferentes
sensaciones de las manos, ya que a un lado tocábamos la mano de una persona y
al otro lado, de otra, por lo que nos permitía, conectarnos con dos personas a
la vez, y al encontrarnos en círculo podíamos hacer que las energías fluyeran
entre nosotros traspasándonos buenas energías. En mi caso, me tocó una mano muy
fría respecto a la temperatura y una muy cálida. Luego comenzamos a hacer una
lluvia de ideas, de lo que habíamos experimentado en esta última actividad.
Finalmente nos tendimos en el suelo, en la posición más relajada posible, con
brazos estirados al lado del tronco y piernas también estiradas, luego cerramos
los ojos y la profesora comenzó a hablarnos, para llevarnos a un estado de
relajación y reflexión de las actividades realizadas, luego nos dio unos
minutos de silencio para relajarnos y pensar, para finalmente volver a
reincorporarnos a la realidad y poder retirarnos de la clase.
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