jueves, 6 de junio de 2013

El ser yo en toda mi plenitud

En la clase anterior, el profesor a cargo nos había solicitado traer un objeto que nunca regalaríamos. Al comenzar la clase, tuvimos un momento para que nuestros compañeros nos sacaran fotografías con nuestros objetos. Luego de eso, todo el grupo se colocó al centro de la sala, y el resto del curso se sentó alrededor de nosotros. En ese momento apagamos las luces de la sala y bajamos las cortinas para que se formara un ambiente propicio para la actividad. Entonces el profesor nos comenzó a contar una historia sobre nuestros objetos, llamándolos amuletos, ya que nunca nos separamos de él, nos acompaña en los buenos y malos momentos, mostrándonos lo aferrados que nos sentimos hacia ellos. Luego de eso, una persona comenzó, ésta debía contarnos que significaban, que experiencias y vivencias contenían, conectándonos profundamente con su interioridad. Luego de eso debíamos regalarle a alguien del círculo nuestros objetos de manera simbólica como acto de desapego, fue la situación más difícil que me ha tocado vivir en esta clase, ya que a pesar de que no era real producía una sensación muy rara, con mucha pena, pero con un poco de entrega, ya que se la regalabas a alguien con la cual tenias un vínculo, y eso le daba un significado muy importante. Luego de eso dimos las gracias y finalmente cada uno se fue a sus hogares, pero sin antes el abrazo de los compañeros que te daban un apoyo.
Por el respeto a mis otros compañeros no puedo contar nada sobre sus historia, pero si me gustaría compartirles mi experiencia. Soy una joven muy católica, ligada al Movimiento de Schoenstatt, que tiene como principal eje la relación con María, por lo que llevé una imagen de Ella, además llevé una pequeña maletita que contiene muchas cartas de mis amigas y papás desde muy pequeña. El significado que tiene el cuadro de María va ligado al apoyo que Ella me ha dado en los momentos difíciles de mi vida. La maletita contenía muchas cartas de mis amigas, lo que muestra como ha evolucionado nuestra amistad, hasta el día de hoy, pero hay dos cartas que me marcan mucho, una es de una de mis mejores amigas, para uno de mis cumpleaños, en donde me pedía perdón por la situación que estaba pasando y por habernos involucrado al grupo de amigas; y la otra que es también muy importante, es la que me escribieron mi mamá y mi papá cuando me fui de gira de estudio, en donde mi mamá me recalcó muchas cosas que yo las había olvidado en un período de mi vida, y mi papá por primera vez me escribía, así que fue una experiencia maravillosa.

Además tuve que entregar simbólicamente estos dos objetos, el cual se los entregué a dos compañeras que de a poco se están convirtiendo en grandes amigas, lo que me produjo un gesto demasiado noble y me permitió decirles que se están convirtiendo en personas muy importantes para mí, creando una gran conexión.

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