miércoles, 29 de mayo de 2013

La Máscara: Mostrar u Ocultar nuestro yo

La clase comenzaba con un revolucionario ruido, ya que nuestras almas jóvenes nos hacía comportarnos de esa manera, además  de que la asignatura nos permite expresar nuestras emociones y relajar nuestro cuerpo y nuestra mente, lo que nos proporciona un poco de libertad, que muchas veces la mal entendemos, debido a que faltamos el respeto al que se encuentra hablando o la persona que desea dirigirse a nosotros. Pero de a poco comenzamos a calmarnos, cuando empezábamos a entender la actividad que realizaríamos  y lo que eso implicaba.
Cuando nos enteramos de que realizaríamos una máscarade yeso, comencé a imaginarme todo lo que esto me permitía, como ocultar mis emociones o, al contrario, expresarlas, para mostrar lo que tenemos verdaderamente en nuestro interior. Además de la ayuda mutua que surgiría con mi compañera, ya que sin ella no podría realizar la actividad, porque nos encontraríamos con los ojos tapados.
Nos juntamos en parejas, ya que esto implicaba un trabajo y ayuda mutua, para comenzar a realizar las máscaras de yeso. Mi compañera decidió que comenzaría haciéndome la máscara primero a mi, y luego cambiaríamos de roles. Al comenzar la actividad, me tendí en la mesa, mi compañera me tapo los ojos, y desde luego me comencé a  sentir como una persona no vidente, por lo que pude experimentar en breve minutos lo que de alguna manera ellos sienten, como por ejemplo, la inseguridad de caerse o chocar, lo que no les permite desarrollar de una manera normal su vida diaria y les restringe su independencia y autonomía. Luego comenzó de a poco a ponerme el yeso mojado en la cara. En ese momento, me transporte a un paisaje lleno de naturaleza, en donde tenia la  oportunidad de dejar todo atrás,  las preocupaciones, los ruidos de la ciudad y mucho más. Al admirar este maravilloso paisaje, me provocaba un gran relajo y gran satisfacción. Al pasar unos minutos, volví a la realidad, ya que el yeso comenzaba a secarse y la cara comenzaba a tirar, por lo que era hora de retirarla. Entonces, llegó el momento de sacarme la máscara. En ese instante vi nuevamente la luz artificial de la sala, en este caso y sentí algo muy extraño en mí, que fue, sentirme nuevamente segura y completa, ya que tenía todos mis sentidos al cien por ciento nuevamente.
Luego, me toco hacerle a mi, la máscara a mi compañera. Hice que se recostara en la mesa, le tapé los ojos cuidadosamente y traté de que se relajara, al igual que yo, para que disfrutara la actividad. En ese momento comencé a ponerle el yeso mojado en su cara, con la mayor prolijidad posible, para que quedara bien hecha y se plasmara la preocupación por el otro, como ella lo había hecho por mí.

Para finalizar la clase, guardamos todas nuestras máscaras en un lugar seguro, en donde se pudieran secar y ayudamos todos juntos a ordenar y limpiar la sala, donde nos pudimos dar cuenta del trabajo en equipo.


martes, 28 de mayo de 2013

Mi hoy es lo que fui, lo que soy y lo que seré

Mi vida en esta realidad comenzó el 7 de Septiembre de 1993, a las 17:15 hrs, en la que me hice esperar
bastante, ya que mi mamá se encontraba en el hospital desde las 7 de la mañana.
Así comenzó mi estadía por estos lugares, la cual continúo con un hito que marcaría mi vida. A los 2 años de edad, mis padres tomaron la difícil decisión de separarse, que en ese momento no entendía nada, solo sentía que perdía la imagen de la familia feliz, pero con los años entendí que fue la mejor decisión. A pesar de esta situación, mi infancia fue maravillosa, llena de afecto, alegría y diversión.
Al pasar los años, mi papá encontró una mujer, con la cual se casó, y después tuvieron a mis 2 hermanos, el año 2004, nació mi primer hermano llamado Martín, el año 2007 nació mi segunda hermana llamada Belén.
Alos 6 años entre al Colegio Pablo Apóstol, el cual me albergó desde 1° Básico hasta 4° Medio, en donde encontré a mis mejores amigas, con las cuales mantengo una relación maravillosa hasta el día de hoy, en donde también maduré mi fe católica, en donde comprendí que Dios y María son un pilar fundamental en mi vida, es decir, una época maravillosa.
Después de muchos años, mi mamá también encontró una pareja, con la cual tuvieron a mi tercera hermana llamada Agustina, el año 2010.
Un hecho que también marcó mi vida de manera crucial, fue en el año 2010, cuando sufrí una depresión, la cual me tuvo muy mal física como anímicamente, pero en Septiembre, cuando nació mi tercera hermana, mi vida volvió a iluminarse y de a poco comencé a recuperarme.
Es por eso que mis tres hermanos son una de las razones mas grandes de mi vida, son los que me dan la fuerza y energía para seguir adelante ante cualquier dificultad que se me presente, a pesar de que no vivo con dos de ellos, Martín y Belén.
El 2011 al egresar de mi enseñanza media, di la PSU, sacando un puntaje bueno, pero no lo que yo quería, por lo tanto, decidí tomarme un año para decidir mi vocación y poder prepararme de mejor manera para rendir nuevamente la PSU.
Dentro del año 2012, comencé a profundizar en mis gustos y habilidades para encontrar mi vocación. Siempre había convivido con Terapia Ocupacional, ya que mi tía es terapeuta, pero nunca me había dado cuenta de que esa carrera también me llamaba a mí, hasta que después de realizar esa introspección, me di cuenta de que era mi gran vocación.

El año 2013, al salir los resultados de la PSU, me encontraba muy asustada, ya que no sabía como me había ido, si había valido la pena un año de estudio y si quedaría en la carrera y universidad que deseaba, Terapia Ocupacional en la Universidad de Chile. Gracias a Dios y al esfuerzo realizado, todo salió como quería y actualmente me encuentro felizmente estudiando.